Molinos de viento: sin aspas ni palas

Molinos de viento: sin aspas ni palas

08/18/2016 0

Molinos de viento: sin aspas ni palas

El viento es una de las fuentes de energía más abundantes que existen en la naturaleza y, a diferencia de otras como las provenientes de los combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, es renovable por la naturaleza: con molinos.

Los aerogeneradores tienen la capacidad de convertir la energía cinética de esas masas de aire a energía mecánica y luego, en electricidad. Pero a esta apuesta, se suma ahora una tecnología creada por David Yañez, David Suriol y Raúl Martín, que está revolucionando España y el mundo entero.

“Es como poner un bate de beisbol al revés, hacia arriba, y que oscila”, explica David.

Diseño de lo «Molinos» sin aspas ni palas

Esta nueva tecnología, llamada “Vortex Bladeless” consiste en un cilindro cónico vertical fabricado con fibra de vidrio, material con el que se logra una consistencia ni demasiado rígida ni demasiado flexible. El cilindro va emplazado en el terreno a través de una varilla elástica que, cuando el aire pasa por su alrededor, genera oscilaciones que son convertidas en electricidad, mediante un sistema de imanes y bobinas.

El dispositivo incluye materiales piezoeléctricos (aquellos que producen un voltaje cuando se deforman) que hacen que la energía eléctrica sea producida a causa de la deformación de los materiales al entrar en resonancia con el viento.

¿Por qué estos nuevos molinos resultarían mejores?

Se trata de unos nuevos aerogeneradores 60% más efectivos que los tradicionales molinos, ya que:

– producen menos ruido,

– reducen los costos de producción al no tener engranajes,

– ocupan menos espacio al no tener aspas,

– no implican grandes tareas de mantenimiento,

– no dañan a las aves en su vuelo.

Ventajas de estos aerogeneradores:

– No producen interferencias con los radares

– Menor costo de montaje, construcción y mantenimiento

– Reducen el impacto ambiental y paisajístico

– Funcionan ante un mayor rango de velocidades de viento

¿Cómo surge el proyecto?

Lo que inspiró a David Yáñez fue el colapso del Puente de Tacoma, en el estado de Washington (EEUU). Era 2002 y estaba estudiando Ingeniería en Valladolid cuando empezó a darle vueltas a la espectacular desintegración de aquel puente que quedó grabada en vídeo para siempre.

La destrucción del que en su día había sido uno de los mayores puentes del mundo se debió a los vórtices de von Kármán, que constituyen uno de los mayores enemigos de los ingenieros y arquitectos de todo el mundo habían luchado siempre, y que se producen cuando un fluido choca contra un objeto más o menos cilíndrico.

Fenómeno Von Kárman en el mundo

Este fenómeno es, por ejemplo, responsable de que algunas chimeneas terminen en su parte más alta en espiral. Y hay buenas razones para ello: en 1965, tres de las ocho chimeneas de la térmica de Ferrybridge, en Gran Bretaña, se vinieron abajo debido a los vórtices de Von Kármán. A una escala infinitamente más grande, estos vórtices provocan increíbles formaciones nubosas que se ven por satélite cuando los vientos alisios chocan contra islas pequeñas y montañosas, como las Canarias, Azores o Madeira.

La idea de Yáñez era simple: «Construir una estructura que, apoyada en la generación de vórtices de Von Kármán y en la frecuencia de oscilación de un cuerpo, absorba energía del aire sin ningún elemento susceptible de desgaste o rozamiento». Traducción: hacer un molino de viento sin palas, que oscile con el viento y que genere electricidad gracias a un juego de imanes que hagan innecesarias tuercas, engranajes o nada que provoque rozamiento.

El proyecto obtuvo el primer premio de la categoría Energía e Industria en The South Summit 2014 y ganó el premio del “Fondo de Emprendedores” de la empresa Repsol.

Ahora, el próximo objetivo es construir un dispositivo de 100 metros, ya que cuanta mayor altura alcance, su rendimiento será mayor.

Sabrina Pin
sabri